Textos folclóricos, así se denomina el título de este tema y
no películas de cuentos que creemos recordar de nuestra infancia. Ese ha sido
el primer pensamiento que me ha venido a la mente al hablar de de folclore.
Este tema me ha transportado de nuevo a la infancia por
bucear de nuevo en esas historias que me encandilaban en mi infancia, recordar
todos esos cuentos que me leían de pequeño o que una vez yo aprendí a leer,
leía continuamente y borrar de la mente ese recuerdo de que las películas de
Disney eran toda la infancia respecto a cuentos que mantenía en mi memoria.
Partimos de la definición de folclore que a mí siempre me ha
sonado a cosa típica de un lugar determinado, como por ejemplo el baile de la
jota o el recitado de versos castellanos, estos recuerdos vienen a mí como buen
castellano. Esos recuerdos que todos tenemos de cuentos canciones o juegos en
nuestros veranos en el pueblo, incluso en nuestros recreos…
Pero claro hablamos de textos folclóricos y comenzamos
tratando los temas de folclore literario y literatura folclórica, el primero es
textos que provienen de autores desconocidos que se que se han transmitido
generalmente de forma oral. Y el segundo es la representación de situaciones de
índole folclórica y han sido llevados a cabo por personajes ilustres.
A través de los cuentos escuchados en clase hemos conocido y
recordado cuentos de autores como Perrault, los hermanos Grim, Andersen y
otros. Pero además hemos conocido detalles de cómo han sido transmitidos y
hemos conocido algunas de las adaptaciones que estos cuentos han tenido a lo
largo de la historia.
No solo hemos visto cuentos, también la poesía y el teatro
de los títeres de cachiporra; canciones y juegos.
Creo que sin duda como he mencionado con anterioridad las
adaptaciones de estas historias es lo que más ha captado mi atención, la
posibilidad de acercar a todo tipo de lectores y no lectores estas obras con
las que tanto he disfrutado, suscita en mi una sensación extraña ya que me
gusta innovar en cuento a la tecnología y la entrada de la misma en el aula,
pero gracias a este tema me dado cuenta
de que hay clásicos que no podemos desechar como son estos maravillosos relatos
y que deben estar de forma física en nuestro aula, quizás la tecnología nos
deje leer libros sin papel, pero un
libro siempre tendrá papel y podremos tocarlo y eso es algo que hay que enseñar
a los alumnos que hay más cosas de las que conocen solo alzando la vista, que
lo antiguo no es algo pasado y menos si es de calidad, siempre podemos trabajar
cosas que con nosotros se han trabajado, siempre que sea de una manera adaptada
al tipo de persona con la que se trabaja, esta es una de las grandes enseñanzas que me ha aportado este tema.
Gracias a las prácticas he podido acabar con el falso mito
de que los cuentos folclóricos son esas películas de Disney que todos hemos
visto y he podido acercar a los alumnos muchos nuevos cuentos que yo mismo he leído a los
alumnos, normalmente sentados en corro cando ellos escuchaban con gran
atención, le he acercado historias de los grandes clásicos y autores menos
conocidos, incluso un texto tradicional castellana que se llama la pascuala que
tuve que adaptar por la dureza de sus palabras.
Creo que gracias a
estas actividades me he dado cuenta de que un maestro no activo no cabe dentro
de la educación y no puede ser que haya gente en las escuelas que vaya para
mandar leer a los alumnos mientras se lee el periódico, hay que tener espíritu de
búsqueda y querer encontrar siempre lo mejor para nuestros alumno, Así quiero
sr yo no importa el esfuerzo si la recompensa es que tus alumnos adquieran el sentido
por el cual tú les das clase.
Ay, Álex... los textos folclóricos son para contar y no para leer.. porque así se han transmitido durante siglos. ¿y la poesía y el teatro?
ResponderEliminar