jueves, 10 de enero de 2013

Literatura infantil


Primer Bloque de una asignatura denominada literatura, un nombre que según lo escuchamos y entra por nuestros oídos parece que nos asusta, o un nombre que según lo pronunciamos parece que del cielo fuera a caer un libro de gran tamaño y nos diera en la cabeza. Esta sensación la tenemos a causa de las malas experiencias personales que hemos podido tener a lo largo de nuestra vida a la hora de estudiar movimientos, fechas, autores… y todo ello de una manera memorística para acabar recitándolo en un examen que seguramente nos corregiría alguien que no disfrutaba con la literatura y que probablemente nos diera clase gracias a su amor por la paraliteratura.

Gracias a esta conclusión hemos descubierto que desconocemos muchísimas cosas sobre la literatura, personalmente  he conseguido ver que de la práctica podemos llegar a la teoría de una forma divertida o entretenida. ¿Os preguntaréis por cómo es posible si es la primera reflexión de la asignatura? Pues sí, es posible gracias a un pequeño cambio de mentalidad producido por dejar de pensar que la literatura son movimientos, fechas, autores… he descubierto que la literatura son maravillosos textos que encierran cantidad de belleza que pertenecen a autores, fechas, movimientos…

Pero además si estos textos los adaptamos o los utilizamos adaptados para los alumnos con los que trabajemos podemos hacer que esta literatura sea comprendida en la justa medida a la edad madurativa de los chicos con los que trabajemos. No todo queda ahí,  que incluso trabajando la literatura de una forma divertida, a través de juegos y demás herramientas didácticas podemos hacer que los niños se sientan identificados con las lecturas literarias, y si además a estos dos ingredientes les añadimos un tercero como una correcta observación y conocimiento de nuestros alumnos para interpretar cuando una lectura les gusta, les atrae, se sienten identificados con el personaje y tienen inquietud por seguir leyendo.

Cocinamos un plato delicioso al que solo le falta un pequeño detalle: un maestro que quiera cocinar, un maestro que no tenga problema en trabajar para sus alumnos y dedicar tiempo en buscar textos adecuados a la edad de sus alumnos, un maestro que sepa transmitir que no toda lectura tiene una enseñanza pero que al leerla aprendemos, un maestro que sea el mejor vendedor de literatura para sus alumnos, siempre que esta sea adecuada para ellos. Un maestro  que sepa acercar a sus alumnos la prosa, el verso y el teatro, pero alejándoles de una mesa y una silla, proponiendo y buscando actividades culturales, salidas a teatros, bibliotecas mediatecas, introduciendo autores de libros de sus alumnos en clase, creando libros…
Es decir ser un maestro narrador en el cuento de la literatura de sus alumnos, en el que ellos son los protagonistas.

1 comentario:

  1. Está bien. La idea es que sigas un poco este esquema:
    - Qué has aprendido en el bloque.
    - Qué experiencias previas tenías sobre estos aspectos (de cuando eras pequeño) y qué experiencia has recibido en las prácticas (con las críticas positivas o negativas correspondientes).
    - Cómo lo harás tú cuando seas profe.

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